viernes, 8 de octubre de 2010

La convivencia


Hoy me he propuesto escribir sobre una palabra que siempre escucho a políticos y personalidades de nuestra sociedad: “convivencia”. Seguro que ya caen en la cantidad de discursos en los que esa palabra tiene un gran protagonismo. Pero ¿Cuál es el motivo de la importancia que le damos a esta palabra?


El motivo está claro, convivir de manera sana no solo es un factor que afecta a nuestro bienestar y a nuestra salud, sino también afecta a nuestra felicidad y al fin al cabo el ser humano aspira a toquetear, al menos un instante, la felicidad.

Una pregunta que se me plantea es sí la forma en la que convivimos ¿la elegimos o se nos impone? En mi opinión nuestras decisiones serán las determinantes en la manera en la que convivamos. 'El ser humano, tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima, estrecha con un padre o un cónyuge y la necesidad de sentirse parte de una comunidad cercana e interesada por él. Somos fundamentalmente animales grupales y nuestro bienestar es mucho mayor cuando nos encontramos en un ambiente armónico, en el cual vivimos en estrecha comunión.' Yo no lo podría haber dicho mejor, es totalmente cierto, obsérvense ustedes en su vida diaria, contemplen sus comportamientos y luego analicen como les hace sentir, seguro que cuando la convivencia es ordenada, cuando se paran a respetar a la persona de enfrente, cuando se tolera la diferencia nos sentimos más sanos, más libres.

Convivir es un juego de muchos y en el que las reglas no existen pero palabras como el amor, respeto y tolerancia marcan la pauta. La palabra convivencia se repite constantemente, lo comentaba al principio, políticos, escritores, artistas… la utilizan en sus múltiples reivindicaciones pero, no porque alcancen a entender lo que significa sino porque es una aspiración de la sociedad y ellos la utilizan para su beneficio personal, es la arma arrojadiza para derrotar al contrario cuando debería de ser el instrumento para unir.

A este país le falta mirar de frente su gran problema: la convivencia, ser consciente de que el camino no esta por repetir lo que debería de ser para cada uno, sino en escuchar y esforzarse por acordar entre todos un modelo de convivencia que beneficie y no perjudique. Marthin Luther King ya lo dijo “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”, que razón tenía.

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