Un maestro del periodismo como Ryszard Kapuscinski decía que “los cínicos no sirven para este oficio” y cuanta razón tenía. Todavía nos queda a los más jóvenes periodistas grandes maestros, pero la larga sombra de los caníbales de la información es cada vez demasiado larga. La hipocresía, la manipulación o el poder han dejado a un lado el objetivo más primario del periodismo: la búsqueda de la verdad, no la absoluta, ya que esa es inalcanzable, pero sí, al menos, la más cercana y justa con la realidad.
En las últimas décadas vivimos constantes vaivenes mediáticos en torno a diferentes temas que inundan portadas de todos los medios de comunicación. Afirmamos con una rotundidad pasmosa que ahora poseemos más información que nunca, jamás ha existido en el mundo tal dimensión de medios. ¿Alguien se cuestiona quién controla esos medios?, ¿alguien se plantea la veracidad de todo lo que nos llega?. Un profesor de la facultad en mis últimos años de carrera nos avanzó que nos adentraríamos en la era de la desinformación, que cierto era. Hablan de redes sociales, de medios ciudadanos…de la era del periodismo 2.0..y es cierto que es un carro al que los profesionales debemos montarnos por su enorme potencial, pero con el que también tenemos que ser precavidos y responsables.
El 15M y la JMJ están siendo dos acontecimientos recientes que, junto con la crisis económica, más colapsan los medios de comunicación. Lo curioso de todo esto es que cada movimiento cuenta con sus cómplices mediáticos. Se tratan de medios de comunicación que no pretenden otra cosa que fortalecer los lazos con esos lectores, cómodos y habituados a leer y escuchar lo que necesitan para fortalecer su ideología. La guerra entre estos dos movimientos se ha centrado en los últimos días en el coste que implica para el Estado la visita del Papa. Pese a que la organización y más recientemente el gobierno, han insistido en el coste cero para el ciudadano, son muchas las voces que se levantan en señal de protesta. Los ataques entre ambos son constantes, y los titulares de los periódicos lejos de informar “echan leña al fuego” para aumentar descaradamente sus tiradas y los beneficios; ¿legítimo?, son empresas pero eso no quita para que sean negligentes y irresponsables con la información que trasmiten a la sociedad.
Son bochornosos los incontables sucesos de los que se hace eco la prensa, la impresentable demagogia utilizada y de la que muchos nos quejamos. Hemos visto como anécdotas adquieren el valor de noticia de portada. Por ello, el 15M ha difundido un comunicado hace unas horas que curiosamente ningún medio del “ala derecha de la casa española” ha recogido entre sus páginas. El movimiento considera que noticias como las publicadas por el periódico El País , no representan a las miles de personas que se concentran en las JMJ. Afirman tener un profundo respeto a la libertad religiosa pero se considera inaceptable su financiación pública. El 15M sentencia que sucesos como el acuchillamiento de un hombre pacífico manifestándose contra la visita del Papa son hechos condenables pero que “no hay que tomar la parte por el todo”, afirman en el comunicado.
Es una pena que prefiramos servir al conformismo ideológico, a la falta de miras y la vagueza mediática de mostrar esa parte que fortalecen las ideas enquistadas y desfavorece el intercambio sano de puntos de vista. Se habla últimamente de mucha democracia, y de que esta sea real. ¿Para cuándo un periodismo real?
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