¿Hay que estar orgulloso?

Fiestas del orgullo Gay, ¿saben de lo que les hablo verdad? Hace tan solo unos días hemos vuelto a ser participes de una cita ya casi ineludible de nuestro folclore nacional.

Cabalgatas, carrozas, colorido… toda una fiesta que trae voces muy criticas y otras voces que apoyan lo que ya se ha convertido en una tradición para este país.

Mi voz no va a ser una más, o al menos es lo que pretendo. No estoy a favor de esto que llaman “orgullo”. Tenía que decirlo sino reviento. No me gusta el carácter que ha tomado un día que hasta hace unos años era necesario para la reivindicación de unos derechos que ahora ya tenemos. Es una fiesta que ahora no tiene más fondo que la cantidad de dinero que se mueve en torno a ella, pero detrás de toda esa alegría existen muchos homosexuales que no se sienten para nada identificados con un día que no hace más que crear falsos estereotipos de la homosexualidad: “locaza, travelo, maricón, loca, vicio, promiscuidad…” son palabras, que “fiestas” como esta hacen que las personas que quieran vivir con naturalidad su sexualidad se vean metidas en un saco al que no quieren pertenecer.


“Ser gay no implica ser loca” pero los medios no paran de sacar a los homosexuales en este día como si se trataran de una especie nueva, hablan de sus costumbres, de lo que ganan, de sus trabajos, sacan a gays que se dedican al porno, transexuales que se pasean por las calles prostitulléndose y yo me pregunto y ¿los demás?, me da igual hablar de homosexuales, heterosexuales… hablo de personas, de esas que nos levantamos cada día para vivir en libertad, que tenemos nuestras ideas, que el rato que estemos en la tierra lo único que queremos hacer es ser felices.

Me niego, rotundamente me niego a que la sociedad tolere más tiempo esta intolerancia encubierta con dosis de caridad que parece que se tiene que aceptar porque así son las cosas. NO. Vivamos con naturalidad, seamos personas. Creo que ese es el fallo. Da igual lo que seamos, lo importante es ser ante todo persona, respetar a nuestros iguales como nos gustaría ser tratados por los mismos y tratar, por difícil que sea, entender la vida sin juzgarla.

Es difícil lo sé, pero será imposible si al menos no se intenta.